1960's television by Steven Taylor |
Gran Hermano Vip no necesitaba presentaciones. Así se
demostró anoche, 10 minutos de reality sin caretas de entrada ni intervenciones
de Jordi González. La casa, prácticamente igual que la dejaron los concursantes
de Gran Hermano 15, funcionó perfectamente como nexo de unión entre una versión
del programa y la otra. No obstante, si Telecinco ha acertado en algo ha sido
en el gran trabajo de casting que hay detrás de GH VIP 3, de cuya calidad
depende el 80% del éxito del programa, tal y como también vimos con QQCCMH
(empieza el Miércoles!!). Parece que después de la flojera de GH15, se han
puesto las pilas. Y es que hace dos años nadie hubiera imaginado a una Belén
Esteban rehabilitada y concursando en GH, y mucho menos en un duelo de divas
con Olvido Hormigos. Pero ahí estaban. La noche empezó por el plato fuerte.
Hormigos y Esteban, entablando monosílabos y algún que otro balbuceo en el
mismo salón en que hace algunas semanas Paula (la ganadora de GH15) moría de
amor –eso sí, todo en son de paz-. Que conste.
Esteban brillaba, tal vez por su amplia trayectoria en
televisión, por ser quien es y por presentarse a la casa con su chapa de
#YoVeoSálvame, porque como dice mi amigo David, los pocos principios que uno
tiene, hay que llevarlos allá donde se vaya. Belén brilló tanto que casi-casi
eclipsaba a sus compañeros. Veremos si con los días el efecto nopuedeserquelaestebanhayaentradoengranhermano
se nos pasa a todos. Con la princesa del pueblo viajó anoche hasta nuestras
pantallas la que podría postularse como una nueva estrella televisiva: Mariví –la
defensora y amiguísima de la Esteban en plató-. Otros puntazos del casting
fueron Ylenia –exconcursante de Gandía Shore e icono pop del chonismo-, Fede
(extronista de myhyv) o Aguasantas, que si consigue sacarse la sosera de encima
podría dar muchísimo juego (tendrá la Esteban que sacar las uñas por su amiga
Bollo?).
Finalmente, y aunque la noche se fue desinflando –es lo que
tiene empezar por el plato fuerte- el
programa no ha defraudado en audiencias. El reality en su versión VIP alcanzó
el 23,7% de share y esperamos que siga
dando guerra y, si no es mucho pedir, alguna noche que otra de diversión
televisiva.
[¡Ah! No puedo terminar sin comentar que vimos también a un
Jordi González felicísimo, con un semblante de alivio casi-orgásmico como si
por dentro gritara ¡oh sí, por fin he dejado Hay una cosa que te quiero decir!, un programa que no le favorecía
NA-DA.]
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